¿Por qué nos enamoramos? Esta pregunta se la han formulado desde poetas, psicólogos, enamorados, escritores y hasta científicos. Las razones son varias, entre ellas atracción física, afinidad de caracteres y ¡hormonas!
La respuesta no es Cupido si eso vino a su mente. “Me enamoraron sus ojos y forma de mirarme”, dice Gianina, publicista de 30 años. “Su inteligencia y sentido del humor”, responde Armando, administrador bancario de 38 años, a la pregunta de por qué se enamoraron de sus parejas.
“Nos enamoramos por la necesidad que tiene toda persona de ser amada y aceptada por otra persona diferente y, al encontrar su ‘contraparte’, siente una atracción especial”, dice Roxana de Lazo, directora nacional de la Universidad de la Familia.
Enamorarse involucra diversos planos: físico, emocional, mental y, sorprendentemente, el plano químico de nuestro cuerpo.
Cuando nos atrae alguien, somos todo un show: algunos síntomas que aparecen son sudor de manos, “mariposas” o dolor de estómago, calor corporal, rubor facial, pupilas dilatadas, tartamudeos, nervios y hasta temblor de piernas.
En la etapa de acercamiento entre dos personas, la parte visual y el olfato cuenta mucho. Esto es gracias a la acción de unas glándulas de la piel que segregan feromonas.
En el hombre y la mujer son liberadas a través de la piel, las cuales no podemos ver, pero que percibimos mediante el olfato o cuando sentimos atracción hacia otra persona y viceversa, según explica Andrew Stanway, autor del libro “Las relaciones amorosas”.
El escritor asegura que el organismo “libera 250 sustancias al estar ante una persona que le resulta atractiva y sólo bastan cuatro segundos para formar una opinión respecto a ella”.
La pasión dura entre 18 y 30 meses
En este proceso de enamoramiento, el cerebro tiene su parte de culpa, ya que produce un crisol de sustancias, las cuales ponen en alerta al cuerpo y estimulan los neurotransmisores responsables de ese estado de éxtasis que sentimos.
Cuando nos enamoramos, nos sentimos eufóricos y experimentamos cambios químicos, fisiológicos y conductuales. Tal vez usted sea de esas personas que no duermen, pierden la memoria, le cuesta concentrarse y hasta ¡pierde el apetito!
Las sustancias responsables del amor son la feniletilamina, dopamina y la oxcitocina —las dos últimas ayudan a forjar lazos permanentes—. Dichas sustancias son comunes en nuestro cuerpo, pero se intensifican en las etapas de conquista.
Sin embargo, estas hormonas tienen su tiempo de vida y el organismo se va haciendo resistente a su acción. Lo que significa que la atracción se acaba. Estamos programados para sentir pasión y emoción entre 18 y 30 meses, según un estudio de la Universidad de Cornell en Nueva York.
Adiós química, ¿adiós amor?
Lo anterior explica por qué aquellas mariposas en el estómago desaparecen. Entonces, ¿quiere decir que al morir la química, que inicialmente nos atrajo, se acaba el amor y la emoción?
“No, aunque las hormonas juegan un papel básico, el amor que nos va a sostener es el que perdura en el tiempo y no el hormonal. Si se acaba por la pérdida de atracción física, entonces no es amor y nunca lo fue”, enfatiza Roxana de Lazo.