¿Amor u obsesión? Descubre si lo que sientes por esa persona tan especial se trata de amor o simplemente es pura obsesión, ¿te lo has preguntado?
Aquí una situación típica en las relaciones de pareja.
Desde hace tres meses, Samantha sale con un chico maravilloso: la escucha, la comprende, y ambos se llevan muy bien. Cuando está a su lado, Samantha se siente completa y cree haber encontrado al amor de su vida.
Sin embargo, el problema empieza cuando él se va. Samantha lo ama tanto, que está todo el día pensando en él, al grado de que no puede concentrarse en la escuela por estar imaginando qué hace, con quién está, etc.
Ese es el lado de Samantha que él no conoce y que en el fondo, ella tiene miedo de contarle por temor a ahuyentarlo; la verdad es que sí se siente un tanto obsesionada por él.
Algunas personas han llegado a este punto en sus vidas y no saben cómo es que llegaron ahí, no saben realmente si lo que sienten por la otra persona es amor u obsesión. Si estás pasando por una situación similar, te invito a que hagas un análisis sobre lo que sientes, que puede volverse una obsesión si:
¿Cuándo el amor se convierte en obsesión?
– Ocupa gran parte de tus pensamientos: tienes en mente a esa persona permanentemente. Tratas de imaginar a cada rato qué está haciendo, si ya salió del trabajo, con quién está, por qué te dijo tal o cual cosa.
– Buscas razones para las cosas que hace y que deja de hacer: Si se olvidó o no pudo llamarte antes de salir del trabajo o avisarte de algo que tal vez no tenga ninguna importancia, puedes estar horas perdido/a en elucubraciones con el fin de llegar a alguna conclusión sobre los motivos que provocaron esa omisión.
-Interfiere en tus actividades diarias: no puedes concentrarte bien en tu trabajo ni en otras actividades, ya que estás demasiado pendiente de los pasos del otro. Has perdido claridad de visión e incluso dejas de hacer cosas o de realizar actividades propias para estar más cerca de la otra persona, con el único fin de poder controlar (y manipular) su vida.
-Tienes celos desmedidos que no te permiten disfrutar ni en los momentos compartidos ni cuando no cuando están juntos. Imaginas o crees ver situaciones con terceros que no existen o que amplías. Sientes un deseo incontrolable de posesión respecto de la otra persona y te resulta extremadamente difícil tolerar que hable o se reúna con personas del sexo opuesto.
-Vives intranquila pensando qué estará haciendo o dejando de hacer cuando no están juntos. Dudas si te dice la verdad con respecto a sus reuniones laborales y al verse con amistades o con miembros de su familia. Haces todo lo posible para espiar su mail, su celular, su Facebook, en busca de señales que indiquen si te es fiel o si te ha mentido.
En este caso, lo mejor es buscar ayuda profesional, de modo que puedas proseguir con tu relación de manera sana. ¡Suerte!
Es por eso que te haces adicta a las relaciones destructivas. En la pelea llamas la atención del otro. Esto es dañino. Y no es amor. Tienes que encontrar por ti misma lo que te motive. Tienes que mejorar tu autoestima. Cuando te enamores de ti misma, comprenderás que es una relación sin salida. Termínala, para dar la bienvenida a un nuevo amor que esté en sintonía con tu nueva forma de ver la vida.