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¿Debes compartir contraseñas con tu pareja?

Compartir contraseñas con tu pareja es una de las cosas por las cuales las parejas discuten más hoy en día, todo esto debido al uso frecuente que ellos dan a diversos servicios en internet como por ejemplo las redes sociales donde ellos comparten información personal con otros amigos y conocidos.

Cuando Lana Hill encontró por casualidad el password que permitía ingresar al correo electrónico personal de su pareja, aunque dudó mucho al comienzo, terminó por ingresar a su correspondencia electrónica.

Para su sorpresa y fastidio, él había estado comunicándose con su ex novia y no le había contado nada. Tres sentimientos asaltaron a Lana: las inevitables dudas, la culpa por haber invadido el espacio privado de él y la sensación de que le faltaba saber más.

¿Debes compartir contraseñas con tu pareja?

«Casualmente descubrí la clave secreta de mi pareja y accedí a su cuenta. Uyyyy, que ira me dio ver que todavía se escribía con su ex. Bueno, cosas triviales, nada raro, pero lo peor fue que se dio cuenta y cambió la clave», cuenta Lana, quien vive en Billericay (Reino Unido).

El no se enojó, pero dejó a Lana sintiéndose como una de esas mujeres que revisan incansablemente y todas las noches las billeteras de los maridos. ¿Hasta qué punto hay derecho a saberlo todo entre las parejas?

¿Se debe dar el password?

«De ninguna manera», dice Bonnie Russell. Asesora en cuanto a temas de hábitos de consumidor para abogados, médicos y brockers, Russell afirma que la privacidad debe ser importante para todos y con respecto a todos.

Algo con lo que Fran Greene, quien se dedica a enseñar y entrenar a las personas para que sean exitosas en el amor, concuerda: aún entre las personas casadas deben haber límites y espacios privados. Por más que cueste aceptarlo.

«Este ejemplo es un poco extremista, pero es como cuando entramos al baño. Definitivamente no queremos que nuestra pareja insista en acompañarnos, ¿verdad?», dice Greene.

De acuerdo con esta especialista, no querer compartir el password en un contexto saludable no tiene nada que ver con falta de confianza o con una actividad «delictiva». Más bien, recalca que ahora que las compras electrónicas son cada vez más populares, esa privacidad puede desearse para sorprender a la pareja con algo agradable.

«Además, si un familiar o amigo quiere contarnos un problema íntimo y ha confiado sólo en nosotros, no es justo que compartamos su secreto con nuestras parejas, a menos que lo haya consentido primero», agrega Greene.

Bonnie Russell es más directa: «¿Qué sucede si te provocó y visitaste un lugar con pornografía? ¿Vas a tener que dar explicaciones luego?».

Cuando la privacidad es imprescindible

Precisamente, fue por la pornografía que Alberto Zavala, de San Pedro Sula, Honduras, no quería darle su password a su novia.

«Una vez cometí el error de poner la mi e-mail en una lista de hackers y de allí en adelante me llegaba un montón de pornografía y, claro, me hubiera dado mucha vergüenza que ella viera esas cosas y pensara que era alguna fijación mía», cuenta.

De acuerdo con un estudio de The Gallup Organization, el 53 por ciento de estadounidenses tienen acceso a Internet y de ese total, más de la mitad cree que la privacidad es un factor importantísimo.

Para Emmanuel C. Olaes, un experto en sistemas de Internet, compartir o no el password es una decisión individual. «Sin embargo, éticamente, como cualquier propiedad privada, uno debe tener el permiso del dueño antes de ingresar a sus cuentas de correo electrónico», dice Olaes.

¿Qué hacer cuando la pareja exige saber el password? ¿Cómo mantener la confianza sin tener que ceder la información?

Para Bonnie Russell, las cosas son claras. «Lo mejor es decirle ‘Me apena que te sientas de esta manera, pero este es un tema de privacidad y respeto y no algo que demuestre si te amo o no’. Tengan en cuenta que irrumpir en el correo electrónico de su pareja es como leer su diario personal», dice.

Las terribles dudas

Pero eso no es tan fácil de aceptar cuando vives un caso como el de Lana. Para ella, saber si seguía la comunicación entre su pareja y su ex era algo que la atormentaba. Tanto, que aún cuando él le volvió a dar la nueva clave, ella no podía sacarse de la cabeza la posibilidad de que hubiera abierto una nueva cuenta.

La especialista en relaciones interpersonales, Fran Greene, señala que dentro de una pareja no se puede actuar como investigador privado ni detective y que ese comportamiento no hace más que mostrar que hay problemas que deberían conversarse.

«Ahora, si estamos hablando de un accidente, es como la caja de Pandora. Es muy humano querer averiguar qué se va a encontrar dentro, pero luego hay que atenerse a las consecuencias», dice Greene.

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